Los escombros del progreso: una arqueología de la destrucción

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Los escombros del progreso, Gastón. R. Gordillo, Joel Flores BLOG

En 2019 descubrí el concepto de lugares sacrificables por el bien del progreso. Un término que establece el atropólogo argentino, Gastón R. Gordillo, en su poderoso libro Los escombros del progreso (Rubble: The Afterlife of Destruction), donde nos habla sobre los pueblos o geografía despoblada, al punto de convertirse en pueblos fantasmas, luego de que la mano del hombre y el progreso la habitaron. Ese concepto me ayudó a entender lo que hoy en día sucede en México y la megaminería a cielo abierto en lugares como Zacatecas, donde se han transformado comunidades, como el caso de Mazapil, específicamente Salaverna, en huecos donde se ejerce la alta tecnología, se pasean camiones de carga y se extraen recursos naturales preciosos, que terminan en Canadá o Estados Unidos.   

Gastón Gordillo no escribe sobre ruinas desde la nostalgia romántica de los vestigios gloriosos del pasado, sino desde el filo de la devastación. En Los escombros del progreso, nos sumerge en una geografía fragmentada, un paisaje marcado por los residuos del desarrollo y los rastros físicos de la violencia capitalista. Con una mirada incisiva y una prosa tan precisa como poética, Gordillo desmonta la idea del progreso como un avance lineal y nos muestra su reverso: la destrucción acumulativa que deja su rastro en la tierra y en la memoria de quienes la habitan. El progreso es una moneda de dos caras: para quienes lo ejercen una área de oportunidad; para quienes lo sufren, una pérdida del hogar y destrucción de la memoria de su territorio.

La materialidad de los escombros

Desde las primeras páginas, Gordillo establece que los escombros no son simples residuos inertes, sino archivos materiales de la violencia y la transformación. Lo que queda tras la demolición de una ciudad, la tala de un bosque, la destrucción de una montaña o el colapso de una economía, no es solo un vacío: son restos que hablan, fragmentos que resisten y revelan la historia no contada del progreso.

El autor recorre, gracias a la caminata como herramienta de investigación y documentación, paisajes devastados del norte de Argentina, y explora cómo los escombros no solo persisten en el espacio físico, sino en la subjetividad de quienes los habitan. En su análisis, cada piedra derrumbada, cada estructura vencida, es un testimonio de la desigualdad, del desplazamiento forzado humano, una memoria sedimentada de las fuerzas que moldean y destruyen territorios en nombre del crecimiento.

Un progreso que devora sus huellas

Gordillo desmonta la promesa de la modernidad, mostrando que el desarrollo no es una línea recta de avances, sino un ciclo donde la creación y la destrucción son inseparables. A medida que el capitalismo globaliza su lógica extractiva, también multiplica las ruinas que deja a su paso. El modelo de acumulación basado en la explotación de recursos genera un excedente inevitable: no solo productos, sino residuos y ruinas.

El autor ilustra cómo las infraestructuras del progreso —carreteras, fábricas, monocultivos—, al final, también se convierten en escombros. No hay modernidad sin colapso, no hay construcción sin desecho. En esta dialéctica de la devastación, los escombros son rastros del pasado y parte del futuro inevitable que se nos impone.

La memoria encarnada en las ruinas

Uno de los ejes más poderosos del libro es la manera en que Gordillo liga los escombros con la memoria. A diferencia de la arqueología tradicional, que estudia restos como vestigios de civilizaciones antiguas, Los escombros del progreso nos habla de ruinas vivas, de estructuras que aún resuenan en quienes las habitan. Se trata de lo que sobrevive y cómo se recuerda y se siente aquello que ha sido, con violencia, destruido.

A lo largo del libro, emergen relatos de comunidades que han sido desplazadas, de pueblos donde las ruinas son marcas abiertas en la tierra y en la piel. El autor nos recuerda que los escombros son heridas visibles del colonialismo y del extractivismo, cicatrices que testimonian una historia de despojo que no ha terminado.

Andar leyendo

Es fundamental la lectura de este libro para aquellos que buscan comprender las aristas del capitalismo cuando penetra y se apodera de áreas naturales con el objetivo de llevar el progreso. Gordillo nos ofrece un libro de lo que queda. Y es, a la vez, un mapa de la devastación y un llamado a leer los escombros no como finales, sino como huellas de procesos en curso. Nos confronta con las ruinas que habitamos y nos obliga a cuestionar lo que damos por sentado sobre el desarrollo.

Leer los escombros es también leer la historia de quien luchó por proteger su territorio, de quien ha sobrevivido a ellos y de quien camina entre los restos y encuentra, en su persistencia, otra forma de futuro.

SOBRE EL AUTOR
Joel Flores

Joel Flores escribe historias que destacan por su profunda conexión con la realidad mexicana. Leer más ➡

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