Sobre la novela

Después de Rojo semidesierto, Joel Flores nos regresa a Zacatecas para abordar uno de los relatos clásicos de la literatura: el conflicto, siempre doloroso, entre hijos con padre ausente; y le da una vuelta de tuerca al decirnos: reparamos nuestras fallas de origen y somos dueños de nuestro futuro, una vez que descubrimos de dónde venimos y hasta dónde hemos llegado. Desde una autobiografía falsa, o lo que muchos llaman autoficción, Joel, el personaje principal de esta novela, es obligado a volver al lugar donde nació para despedirse de su padre, un militar burdo, de bajo rango, que ha sido la raíz de la desdicha. Al viajar al rojo semidesierto, se enfrenta a las cicatrices que lo obligaron a irse y a las heridas, todavía abiertas, que ha dejado La Compañía, un grupo delictivo que ha sembrado desaparecidos en una guerra que todo mundo menciona sin saber cuáles son sus motivos y por qué sus enemigos principales son los ciudadanos. Escrita con calculada agilidad literaria, esta obra es un relato generacional, donde los hijos que se han formado un camino individual, en los márgenes de su familia, comprenden y perdonan a su estirpe, a través de la escritura, para reiniciar su vida en nuevos territorios, como la frontera entre México y Estados Unidos.

Nunca más su nombre, obtuvo en 2014 el premio Juan Rulfo para primera novela en México, y es un relato generacional de los hijos que han cincelado en el camino de su vida oraciones que rezan: yo soy mi padre, yo soy mi hijo.

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